Estas son las rosquillas que se hicieron siempre en casa, desde que me case. Me las enseño hacer mi vecina y amiga Generosa, ya hace un montón de años, vaya que siiiiii .
Para mi aun no he encontrado otra receta que las superara, pero puede ser que algún día la encuentre, de momento me quedo con estas, aunque las tengo probado muy buenas.
Yo las prefiero sin azúcar, pero hay algún goloso en casa que si no les pongo el almíbar ya dice que no están buenas, ya le dijo que es un adicto al azúcar jajajajaa¡¡¡¡¡¡
INGREDIENTES
7 huevos
7 cucharadas soperas de aceite de oliva suave
7 cucharadas soperas de azúcar
1 sobre de royal
*500 g harina
aceite de girasol para freírlas
cascara de limón
Para el almíbar :
500 g de azúcar
50 ml. de agua
Se baten los huevos ligeramente con el azúcar, se le añade el aceite, el royal y luego la harina que le vaya haciendo falta, amasando poco a poco, hasta lograr una masa suave que no se pegue a las manos, pero sin pasarse con la harina, nos saldrán unas rosquillas esponjosas y muy suaves.
Se deja reposar como mínimo 30 minutos, es importante dejarlas reposar, aveces las dejo una hora.
Transcurrido el tiempo de reposo, ponemos en un cazo hondo el aceite al fuego, con la cascara de limón, que se vaya calentando pero no en exceso.
Para formar las rosquillas engrasamos las manos con aceite, así no se pega la masa a las manos.
Cogemos pequeñas porciones hacemos una bola y con un dedo le hacemos un agujero en el centro, estirándolo un poco. Las vamos echando en el aceite caliente, pero no humeante si no se queman por fuera y por dentro se quedan crudas y nada esponjosas.
Se les van dando vueltas y se retiran para una bandeja con papel absorbente al estar doradas.
Si queréis ponerles el almíbar, echamos el azúcar y el agua en una olla sin remover, cuando empiece a hervir bajamos a fuego medio, comprobamos que este listo para mojar las rosquillas, cuando se forman burbujas blanquecinas, vamos echando algunas rosquillas no muchas, sacudimos la olla para que cojan el azúcar por todos los lados y las vamos retirando de una en una par una bandeja.
* La harina que le va hacer falta depende mucho de como sea el tamaño de los huevos, por eso es mejor ir echando poco a poco la harina, puede hacer falta alguna mas o retirar alguna, que nos quede una masa suave.
Que pinta más buena tienen esas rosquillas!
ResponderEliminarQue momento rosquillas acabo de pasar tan malo, me apetecen un montón y creo que las voy a hacer para llevar a la fiesta de halloween
ResponderEliminarQue generosas te han quedado ii estan deliciosas Maria Jose,intentare hacerlas porque solo con verlas se me cae el alma a lospiesporno poder llevarme un puñadito de ellas.....Besss
ResponderEliminarQué ricas Mª José, en casa pasa igual: a nosotras nos gustan sin el glaseado y a los demás con él, ja, ja...
ResponderEliminarDe todas formas, exquisitas.
Un besito.
Pues que riquísimas porque parecen donus, y por dentro también se ven bien sabrosas.
ResponderEliminarBesinos
Que pinta tan rica, ahora misma me comerisa una (por no decir todas) con lo golosa que soy.
ResponderEliminarbsos
Que ricas y que esponjosas por dentro!!!
ResponderEliminarA mi pónmelas sin almíbar que las como encantada. Qué rica receta!! Un besiño.
ResponderEliminarQue riquisimas se ven Mariajo, a mi tampoco me gustan muy dulces y las preferia sin almibar pero tampoco me importaria comerme unas cuantas tal y cual estan, que ricas¡¡¡, besiños amiga
ResponderEliminarHola Maria José, yo también soy la de las sin glaseado, pero las rosquillas me pierden y éstas se ven la mar de buenas! Biquiños mil! :)
ResponderEliminarMi querida amiga, ya sabes que digo muchas veces que los dulces de salten son mi locura, y mas estos tan tradicionales, que solo ver como te han quedado ya me enamoran, veo que no lleva leche la receta, y ese color amarillo de los huevos hacen que ademas de ricas sean vistosas, te han quedado para un premio. Mil besicos cielo
ResponderEliminarQue ricas!!! es que me encantan de todas las maneras.
ResponderEliminarBesos
Cocinando con Montse
Tienen un aspecto impresionante, me gustan!! me quedo con la receta con tu permiso. Un abrazo, Clara.
ResponderEliminarPues Mª Jose, si una cocinera como tu, afirma que esta es la mejor receta de rosquillas, a mi ya no me cabe la menor duda. Sólo hay que verlas. En casa nos encantan y no me canso de probar diferentes recetas, todas siempre con buenos resultados, pero también tengo una que es la "estrella" de repertorio, y son las que hacía mi suegra y que repito desde que me casé.
ResponderEliminarYa he visto el resto de recetas que me había perdido (por falta de tiempo). Las verdinas están impresionantes. Aquí en Asturias también se dan muy bien y yo tengo unos cuantos kg. para el resto del año, pero con pulpo nunca las probé de modo que ya tomé buena nota.
Un besín.
Tienen una pinta increíble, seguro que están deliciosas. Yo también con almíbar. BEsos
ResponderEliminar¡Qué pinta más buena! Pues con o sin almíbar ya me comería un par ahora antes de ir a preparar la cena!!!
ResponderEliminarNo me sorprende que no cambies de receta, el bocado se ve tan esponjoso que da gusto.
besos,
Palmira
Maria Jose ,que pinta mas buena a mi tambien me gustarian mas con la glasa ,es que soy tan dulzona ,se ven estupendas
ResponderEliminarbesinos guapa
Hola Mª José.
ResponderEliminarSoy incapaz de resistirme a unas rosquillas caseras y más si tienen la pinta de estas tuyas. Te han quedado fabulosas.
Un saludo.
¿ Ningún líquido?. Ni leche ni zumo?. La miga se ve espectacular. Aireada y esponjosa. Por eso parece que lleva algo de líquido....
ResponderEliminarUn saludo y ¡ gracias!
le es suficiente los huevos y el aceite, bikiños
EliminarQué antojo de robarte un par de ellas y probarlas, María José! Un besito.
ResponderEliminarSe ven deliciosas, ,muy esponjositas. Un saludo.
ResponderEliminarDiviertetealcocinar.blogspot.com
Que maravilla¡¡ son muy muy tentadoras son rosquillas para empezar y no acabar. Un beso grande, Teresa
ResponderEliminarYo también las prefiero sin azúcar...pero los golosos ya se sabe...
ResponderEliminarSe ven divinas ese corte esta de lo más tentador.
Un bico